Grande la sorpresa que me he llevado leyendo la columna de Moises Lemlij, quizás un comiquero que desconociamos, hablando sobre Wolverine y un poco más sobre Séneca. Sin embargo todo parte por la pelicula. O es muy buena, para él, a tal punto de inspirar a Lemlij a escribir una columna o tiene una coleccion secreta de comic de X-men, pues la pelicula no es tan profunda en si y tampoco nos muestra ee personaje tan complejo. ¿Qué sera?
Pero si él nunca ha leido un comic de X-men o Wolverine yo personalmente le llevo las mejores historias de Wolverine cuando quiera y se que se convertira en un comiquero más en esta Lima entre perdida y encontrada.
Aca les pongo el articulo completo:
La cuarta película en la que aparece Wolverine es una precuela de la trilogía de los X-Men que da cuenta de sus orígenes. La idea de referirse a un tiempo primigenio para explicar el presente y avizorar el rumbo que tendrá el futuro no es, por supuesto, un invento reciente de Hollywood ni de los cómics; tampoco la de los superhéroes, esos seres semihumanos con poderes extraordinarios. Ambas preceden a la escritura y son parte esencial de los relatos fundacionales que toda cultura tiene sobre sí misma. Están también en el núcleo de todas las religiones (Osiris, Moisés, Cristo, Mahoma), que no son sino las mitologías del mañana.
Todo superhéroe de historieta tiene un origen misterioso, es un individuo semejante pero distinto a los demás, y el destino lo enfrenta a una serie de pruebas que deberá sortear para demostrar no solo su poderío físico sino también su coraje y entereza moral. Su itinerario vital está plagado de dudas, tribulaciones y pesares. Debe controlar su furia animal y templar su espíritu para dar espacio a la reflexión, resistirse a las tentaciones de los sentidos y alcanzar la sabiduría. Sus virtudes no son religiosas –no hay bondad, perdón o misericordia con los supervillanos; no hay que darles la otra mejilla–, son las virtudes clásicas: coraje, determinación, creatividad y persistencia. Sin embargo, conoce los límites y lucha contra el mal sin contaminarse pese a las tentaciones.
Wolverine o Logan solo piensa en su propia agenda, que se complica cuando empieza a establecer lazos con otros mutantes. No importa cuánto hagan estos el bien, los mortales comunes y corrientes les temen y llegan a odiarlos. Aunque parezca absurda, la tendencia a que el resentimiento se intensifique cuando aquellos a quienes se desprecia demuestran ser buenos y valiosos no es poco frecuente en la vida real. Recordemos el destino de innumerables santos y mártires, inclusive algunos contemporáneos, como Gandhi o Martin Luther King.
Para que un superhéroe funcione, su creador tiene que darle un sentido particular a su existencia, una misión, como la de los héroes mitológicos, religiosos o históricos, pero también adjudicarle debilidades (el talón) o mostrarlo vulnerable a algo (la kriptonita), para que los lectores o espectadores puedan identificarse con él, compartir el universo iconográfico propalado por una poderosa tecnología mediática y convertirse en sus fieles seguidores.
Hace unos dos mil años, Séneca afirmó “escoge un héroe cuya vida, discurso y rostro te plazcan, imagínalo siempre como tu protector y modelo. Todos necesitamos alguien cuyo ejemplo regule nuestro carácter”. Antes, en el Antiguo Perú, los incas habían creado sus superhéroes originarios: los hermanos Ayar. ¿Quiénes podrían ser los superhéroes de los peruanos contemporáneos?
Enlaces:
Wolverine y Séneca en Peru21
No hay comentarios:
Publicar un comentario